LA HISTORIA
DE VILLA IDALINA

Villa Idalina fue contruida en 1911 por el Sr Joaquim dos Anjos Costa, nacido en Seixas do Minho, el pueblo al que retornaría después de emigrar a Rio de Janeiro, Brasil, en búsqueda de fortuna y una forma de vida.

Justamente en ese viaje fue donde encontró al amor de su vida, Idalina, que inspiró la construcción de una majestuosa mansión de estilo brasileño donde ambos vivirían su propia historia de amor.

Llena de detalles Art Nouveau y con inspiración en arquitectura brasileña de la época, Villa Idalina es un símbolo perenne del pueblo de Seixas, donde no deja a nadie indiferente, conservada de una manera excepcional.

Cuando Idalina muere, Joaquim decide volver a Brasil y años después el que sería el hijastro de Idalina (hijo de Joaquim y Laura, la primera mujer de la que enviudó Joaquim) es el encargado de vender la casa y olvidarse del pasado ligado a Portugal de sus antepasados.

Esta fue la oportunidad de los abuelos de Andrés, Lolita y Adolfo, quienes compran la Villa en 1968. Cuidaron de esta propiedad durante años, tratando de dejar intacta una historia y patrimonio cultural y arquitectónico. Y hace unos 8 años Andrés ha tomado las riendas de este cuidado junto a Susana para compartir Villa Idalina con el mundo.

Villa Idalina fue contruida en 1911 por el Sr Joaquim dos Anjos Costa, nacido en Seixas do Minho, el pueblo al que retornaría después de emigrar a Rio de Janeiro, Brasil, en búsqueda de fortuna y una forma de vida.

Justamente en ese viaje fue donde encontró al amor de su vida, Idalina, que inspiró la construcción de una majestuosa mansión de estilo brasileño donde ambos vivirían su propia historia de amor.

Llena de detalles Art Nouveau y con inspiración en arquitectura brasileña de la época, Villa Idalina es un símbolo perenne del pueblo de Seixas, donde no deja a nadie indiferente, conservada de una manera excepcional.

Cuando Idalina muere, Joaquim decide volver a Brasil y años después el que sería el hijastro de Idalina (hijo de Joaquim y Laura, la primera mujer de la que enviudó Joaquim) es el encargado de vender la casa y olvidarse del pasado ligado a Portugal de sus antepasados.

Esta fue la oportunidad de los abuelos de Andrés, Lolita y Adolfo, quienes compran la Villa en 1968. Cuidaron de esta propiedad durante años, tratando de dejar intacta una historia y patrimonio cultural y arquitectónico. Y hace unos 8 años Andrés ha tomado las riendas de este cuidado junto a Susana para compartir Villa Idalina con el mundo.

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